El destino de Estados Unidos, y con él del mundo entero, vuelve a cambiar. El 6 de noviembre pasado, Joe Biden mandó a casa al ahora ex presidente estadounidense Donald Trump con el 50,7% de los votos frente al 47,7% del segundo. Mientras que Trump sigue afirmando en Twitter que él ha ganado, Biden no pierde el tiempo y se centra en la reactivación económica del país.
Un proyecto del plan del presidente número 46 de los Estados Unidos de América se puede encontrar en el sitio dedicado a su campaña electoral. The Biden Emergency Election Plan to Save the Economy (o sea “El plan de emergencia de Biden para salvar la economía”) es el título que precede a los puntos principales. Y abordar la emergencia de coronavirus es en efecto la prioridad absoluta del presidente.
En su programa, promete “utilizar todas las autoridades disponibles, incluso el Defense Production Act, para cambiar el rumbo de la pandemia”, argumentando que no existe una estrategia económica que se mantenga si no se detiene primero el virus. También desea recalcar que la idea de tener que elegir entre la economía y la salud pública es absolutamente impensable, reiterando la necesidad de un plan de recuperación que sea valiente pero no imprudente. “Sería una catástrofe si reabriéramos todo sin un plan”, dice Biden, “la forma más rápida y segura de reactivar la economía” es escuchar los consejos de los expertos, es decir aumentar la capacidad de hacer hisopos, hacer que el rastreo de contactos sea más eficaz si una persona es positiva y la capacidad de enviar nuevos dispositivos y equipos donde surgen nuevos brotes.
El segundo punto se refiere a mayores garantías para las empresas y los trabajadores, a través de un grupo de trabajo que se encarga de asegurar que los más necesitados reciban la ayuda económica necesaria con rapidez. Las prioridades en este asunto serán:
- “Mantener el mayor número de personas posible en los elencos de las empresas y compensar a todos los trabajadores estadounidenses por las horas y salarios perdidos”. Biden tiene la intención de enviar ayudas a todas aquellas empresas que se comprometan a no despedir a sus empleados, implementar el programa de work sharing ya probado con Obama y finalmente aumentar los subsidios de desempleo para los despedidos.
- Ayudar a las pequeñas empresas proporcionando $377 mil millones que los bancos podrán prestar a las empresas para permitirles pagar salarios, sufragar los costes como el alquiler y seguir abiertos. También asegura que las autoridades se encargarán de que los bancos otorguen dichos préstamos y que lo hagan con rapidez.
- Reforzar los controles sobre las grandes corporaciones. La prioridad es asegurar que las empresas que soliciten los apoyos los utilicen para sus empleados y no para enriquecer a ejecutivos y accionistas. Biden tiene la intención de hacer esto con una fuerte regulación de la contabilidad de las empresas y la protección de los empleados en caso de quiebra.
El tercer punto invoca el Congreso para nuevas leyes y ayudas que vayan a sumarse al decreto aprobado por Trump para afrontar la emergencia. Esto incluía $1200 por persona en apoyo a las familias. A Biden, sin embargo, le gustaría que hubiera ayudas diseñadas también para la condonación de préstamos a estudiantes, para la seguridad social de los ancianos, para tratamientos gratuitos contra el covid, para bajas por enfermedad pagadas al 100% y exenciones fiscales para los estados.
En concreto, estamos hablando de nuevas ayudas a las familias que las necesiten; un bono de $10,000 por estudiante para reducción de la deuda; $200 adicionales al mes en los cheques del seguro social; bajas por enfermedad pagadas; hisopos, tratamientos y una posible vacuna totalmente gratuitas; exenciones fiscales para los estados para que los trabajadores y las comunidades obtengan la ayuda que necesitan.